Hundirse en un mar de lágrimas

-No importa, los rumores son mentira, solamente importan mis palabras hacia a ti, mis besos que son solamente tuyos, los abrazos que te doy, los te amo con locura que te susurro al oído cuando te tengo tumbada en mi cama, todo da igual mientras te tengo aquí a mi lado y te puedo hacer el amor mientras soy feliz recibiendo tu amor, tus caricias, tus besos, tus abrazos, tus cosquillas, tu cuerpo pegado al mío, cuando noto tu respiración, respiro tu aire, tú me das vida, tú eres mi vida, porque eres la chica de mi vida y la única, si no estas me muero, quiero estar el resto de mi vida junto a ti, te adoro preciosa-
Sí, todo eso es muy bonito, te hace crear ilusiones donde no las había, te hace sacar una sonrisa, sonrisa que ilumina tu cara de lado a lado, te hace ser la persona más feliz de tu vida. Pero un día de repente, te levantas, sabiendo que supuestamente le tienes a él y todo es perfecto, una tarde cualquiera, dando una vuelta por uno de los rincones más lindos, pensando en él y en lo mucho que lo amas, te quedas parada mirando a una pareja sentada en un banco, un chico muy lindo y una chica con una sonrisa radiante, espontáneamente sonrío yo también, pero sigo mirando, el chico me suena, me suena su cara, me acerco un poco más, me paro a unos dos metros de ellos, noto como una lágrima se desliza por mi mejilla, y detrás de esa lágrima le siguen muchas más,  porque me he dado cuenta de que ese chico es el que me decía todo aquello, todas esas mentiras, ahora me doy cuenta de que estoy muriendo, sigo llorando, en ese momento lo único que quiero es salir corriendo y ocultarme para poder llorar sin que nadie me vea...